Es tiempo de que pase algo bueno
Intentaré dejar de revolcarme en el barro
Aunque la conciencia me quede un poco salpicada
Porque siento que se me va un poco la vida al dejarte ir. Al irme yo en realidad. Quizás de tanto intentarlo me convencí que el círculo empieza y termina en vos. Como si fuera un error de esos que pesan con el tiempo, de los que uno no olvida. Porque no termina de parecerme del todo correcto. Del todo ideal.
Y otras manos y otro cuerpo y tu vos en el teléfono apurándote a colgar.
Y si le hecho la culpa al miedo? Al miedo ese a lo nuevo, a lo desconocido? Porque es fácil, porque podría ser, quien te dice. Porque no es que pudo ser algo bueno y no fue. Como dijo un poeta que no soy, nuestro amor fue desde siempre un niño muerto. Y es decir mucho. Demasiado mira. Entonces, decime, porque me cuesta tanto?
Cerrar puertas, abrir ventanas, es invierno, hace frío.
Y ya no veo tus manos en otras manos. Tu boca en otra boca. Ya solo sos vos en un recuerdo y en mi tristeza de esta noche así, medio fría medio de invierno.
Es una despedida? Es eso?
Y que si tengo miedo
Acaso vos nunca sentiste miedo?
Acaso no llevo años escapando? Metiéndome en mil laberintos? Escapando de la boca de los minotauros…
Y llegas vos
Con tu cara de hombre que vivió y le dolió. Con la sonrisa de costado, a medio hacer, entre burla y dulzura.
Y sabiendo, perfectamente sabiendo en donde te metías entraste.
Entraste sin pedir permiso, entraste a romper con mis castillos y mis mascaras y mi sal.
Y a reírte. A reírte de mi maldad de nena y de mi historia. A decirme que no importa.
A desnudarme de mentiras antes de sacarme la ropa.
Y ahora, abierta, desnuda, descarnada. Movida de mi eje y sin saber, te juro vida que sin saber, que hacer en el próximo paso.
Y me decís que porque el miedo?
Y porque esto es bueno, por eso el miedo.
En los huesos el miedo, en las venas, en el alma.
Abrazame que viene el viento.