29.3.10

Sesenta y dos

Venia pensando que respiraba tranquila. Sonriendo por la calle, dejando que la música se me meta adentro como cuando es julio y la campera no alcanza y el invierno te eriza la piel.
Sintiendo el aroma de la ciudad que respira otoño y que se ve bonita, como cuando llueve. Por suerte no llueve.
Venia y caminaba y era poderosa  la frente en alto y dios sabe qué cantidad de gansadas mas.

Y asi como si nada, con mi sonrisa en la cara y una curiosidad poco sana, con el mate así de rico que casi se me cae de la mano, con dos sencillas palabras, me doy cuenta que a la mierda la tranquilidad y mi sonrisa y el cuerpo entero se contrajo y ya no hubo vuelta atrás.


Definitivamente no respiro tranquila
Es una pena



Una grande

2 comentarios:

Leslie C. dijo...

Cuando me sucede eso, no puedo evitar poner una cara extremadamente desquiciada y nauseabunda.

Unknown dijo...

y luego dicen que el invierno no afecta a la psique, es un borrasonrisas y alimenta contracturas

pero aguanta, que pronto vuelve lo otro

un abarazo primaveral